El Molino de Bolao es uno de esos secretos que guardamos celosamente los cántabros, y que poco a poco se va dando a conocer al resto del mundo.

En esta visita conocerás una cascada, un antiguo molino de agua y te pasarás el resto del día buscando cabezas de indio por los acantilados, lo que hará las delicias de toda la familia.

¿Cómo llegar al Molino del Bolao?

Para llegar al Molino del Bolao y ver sus acantilados, cascadas y la cabeza del Indio hay que coger la carretera costera CA-131 que une Santillana del Mar con Comillas. Al llegar al núcleo urbano de Toñanes veremos un cartel de un taller mecánico que cogeremos a mano derecha y nos lleva al Molino el Bolao.

Si sigues las indicaciones de Google te llevará por la carpintería de Toñanes, pero es una carretera sin asfaltar y además atraviesa una granja. Llegarás igual, pero mejor pasar esa entrada y coger la que te indico.

Toñanes es un barrio muy pequeño que pertenece a Cóbreces, famoso por la Abadía Cisterciense de Santa María de Viaceli, de estilo neogótico y la primera realizada en hormigón de toda España. No te quedes sin comprar queso y mantequilla que hacen los monjes. La tienda de la Abadía cierra a las 18h30, y a las 21h hacen cantos gregorianos en la Capilla, que es precioso incluso si no eres creyente.

Cataratas junto al molino del Bolao

Restos del molino del Bolao


Las chicas junto al acantilado